Nací en Ciudad Juárez Chihuahua, México en 1980. Vivo en Tijuana desde que recuerdo; de niño viví una vida sin saber nada del mundo del estudio de la música, me gustaba mucho escuchar a mis artistas favoritos, me gustaba el rap, la música de los 60s y el rock latinoamericano.
Un día cuando tenía 10 años descubrí que un amigo tenía un teclado y después de estar jugando un rato con él se lo pedí prestado. Desde ese momento se convirtió en una actividad presente en mi vida. A mis primos les encantaba la música rap, recuerdo que tenían una tornamesa donde mezclaban y “rayaban los discos”; cuando iba a visitarlos, con un “pianito” que ellos tenían disfrutábamos “sacando las melodías” y haciendo música.
En primero de secundaria asistí a un recital de piano en mi escuela y nació en mí el deseo de tocar así de bonito. En segundo año descubrí que un compañero tocaba muy bien y había estudiado en una escuela. Se convirtió en mi primer guía dándome tips cada que nos veíamos (las piezas “mágicas”que yo quería aprender eran: “Rondo a la turca, La Gavota de Gossec y Balada para Adelina”); fue un placer cuando muchos años después fue a uno de mis recitales acompañado de su familia. Recuerdo muy bien en esa etapa, que a varios mis compañeros del salón y a mí nos fascinaba la música del pianista Richard Clayderman, a veces nos reuníamos tan solo para escuchar su música y ese gusto hizo que creciera en mí el deseo de ser un pianista profesional.
Un día de camino a la escuela escuché una música instrumental bellísima, la escuchaba un señor que atendía una tienda, me acerqué a preguntarle sobre esa música y él, al ver que me gustaba mucho decidió regalarme el casete (aún lo conservo) y así descubrí la música de los grandes arreglistas de música instrumental que influyeron en mi forma de ver la música.
En tercero de secundaria me gustaba ir a la Casa de la Cultura de Tijuana (estaba a un lado de la escuela) a tocar los pianos. Un día caminado por la banqueta escuché una música fantástica que salía de una de las ventanas, fui sin pensarlo a descubrir de donde provenía esa música y ahí conocí a un concertista que estaba de paso por Tijuana. Me regaló la partitura del “Vals en La menor” de Chopin y así empezó mi enfoque por la música de concierto. En esta época escuchaba también música popular de grupos y bandas de rock clásico mexicano y en especial tijuanense, de ellos aprendí a “sentir” el ritmo en 6/8 en ese estilo y también la forma de interpretar el bajo en mi música.
Un día un amigo que vivía cerca de mi casa llevó un cd con música clásica y ahí venia el tema “Claro de Luna” de Beethoven, me gustó tanto que sin saber leer música “saqué” todo el primer movimiento de oído.
Cuando cumplí 17 años en 1997 ya tocaba bien el piano y la guitarra, estudiando de forma autodidacta por varios años. Un día saliendo de la escuela y caminado por el centro con mis compañeros vi un lugar muy bonito y había un piano, era la galería de arte Nina Moreno, me acerqué y pregunté si podía tocar; ahí estaba la pintora Nina Moreno (++) quien me preguntó si sabía tocar y le dije que un poco. Me permitió tocar el piano y al escucharme me dijo que quedó sorprendida ya que no tocaba un poco, si no que tocaba bastante bien. “Puedes tocar todo lo que quieras y siempre serás bienvenido” me dijo Nina. Desde ahí tuvimos una larga amistad. Empecé a dar clases ahí, me prestaba el piano y el lugar, así empecé como maestro de piano (labor que no he detenido hasta la fecha, trabajando de forma particular, en el Conservatorio de la OBC, ICBC, CEART y Academia Chopin Tijuana entre otras instituciones). También empecé a tocar en muchas de las exposiciones de pintura y conocí con el tiempo a muchos artistas locales y demás gente interesante, entre ellos al pintor Manuel Varrona (++), al artista plástico Francisco Chávez Corrujedo, al guitarrista Alberto Ubach y a la escritora Mélida Ojeda.
Un día Nina me mostró un libro que contenía los preludios y rondos de Chopin el cual me regaló, estaba yo intentando leer una pieza del libro cuando se me acercó y me dijo, “haz tu mejor esfuerzo, en recepción está un gran pianista escuchando”. Hacía mi mejor intento cuando se me acercó el pianista, me dio unas recomendaciones y se ofreció a darme clases; fue mi primer maestro formal de piano y con quien por primera vez tuve filosofía y apreciación abstracta de la interpretación, estudiando el “Vals No.7″de Chopin. Fueron días maravillosos y cortos ya que en poco tiempo se fue a España, dejándome recomendaciones y varios libros que aún conservo. Recuerdo con mucho aprecio al gran maestro, pianista y compositor Oscar Cota Campbell.
Por esas fechas recibí algunas lecciones de piano de la gran maestra y directora del conservatorio, Zarema Tchibirova (++) gracias a una beca temporal otorgada por un pequeño grupo de artistas. Recuerdo bien cuando fui por primera vez, ese día me acompañó Nina Moreno; al esperar en recepción, escuché el “Scherzo No.2” de Chopin que provenía de un salón, sin pensarlo y por la emoción que sentí (ya que tan maravillosa pieza, solo la había escuchado en un casete, interpretada por un gran pianista y solo de pensar que alguien tras una puerta la estaba tocando, me llenó de emoción) exclamé diciéndole a Nina, que alguien estaba tocando esa pieza. La maestra Zarema, al escucharme salió y dijo que nunca había escuchado que alguien que apenas iba a iniciar sus estudios formales, supiera y nombrara así las piezas que escuchaba. Se ofreció a ser mi maestra y aprendí de ella a estudiar “la escuela” de Czerny (alguna vez me pidió tocar los ejercicios para que otros alumnos vieran como se debían tocar, lo cual me llenó de alegría) y la necesidad de la exactitud y perfección técnica; en ocaciones me platicaba anécdotas de sus alumnos que ya viajaban por el mundo dando conciertos.
En 1997 también empecé a componer muchas piezas para piano, entre ellas la parte pianística de un concierto, una sonata, una fantasía etc.. Las interpreté ese mismo año en el teatro Rubén Vizcaíno de la Universidad Autónoma de Baja California (OBC), me sentí genial, fue una gran experiencia; fue mucha gente y hasta tuve un fotógrafo profesional capturando el momento. De ahí, las interpreté en un programa de radio y en televisión, además de las exposiciones de pintura habituales.
Pasaron los años y ya para el año 2007 tenia más experiencia y ofrecí un recital de piano a donde asistieron excelente estudiantes y maestros de piano de la ciudad. Asistió la pintora Varenka, que al final exclamó, “este niño es un genio”, me llenó de alegría saber que había hecho un buen trabajo. Ella me canalizó con un empresario al que conocía, de éste recibí un piano de regalo y media beca para perfeccionarme en el nuevo Conservatorio de la Orquesta de Baja California, el conservatorio puso la otra mitad de la beca y poco tiempo después la beca completa. La pintora fue estricta y me dio unas cuantas lecciones de vida para ser tenaz y lograr mis objetivos.
En este renovado conservatorio (Recuerdo que no creían que prácticamente era autodidacta), conocí al maestro David Rodríguez de la Peña (en ese entonces director del conservatorio y hoy actual director de la Escuela Nacional de Música) y después de escucharme tocar (La Sonata No.8 de Beethoven, el Estudio Op. 25 No.1 de Chopin y mi Concierto para piano), decidió ser mi maestro (la Sra. Anita, recepcionista del conservatorio, me dijo cuando fui a mi primer clase, que el maestro David no le daba clases a nadie, que debía yo estar muy avanzado lo cual me lleno de estímulo), también conocí a mi otra maestra, Teresita Delgado (una de las mejores maestras del mundo). Bajo la tutela de ellos, perfeccioné la teoría de la técnica y la interpretación. Poco tiempo después llegó un nuevo director, el reconocido compositor y arreglista, Alberto Núñez Palacio, con quien estudié y profundicé en las técnicas de composición. En esas fechas participé en varios recitales en el Centro Cultural Tijuana y otros foros, dos Bienales Internacionales de piano y estrené con la Orquesta de Baja California dos composiciones, una para orquesta (en una de las presentaciones dirigí la obra) y la otra para piano y orquesta en la cual toqué la parte del piano con la OBC.
En 2010 fundé Academia Chopin Tijuana en la cual una gran cantidad de estudiantes han aprendido a tocar. La academia ha ofrecido 2 recitales cada año forjando así una gran historia que aún sigue en 2022.
Mi misión actual es publicar todas mis composiciones e interpretaciones, para lo cual me he preparado estos años estudiando todo en relación a la producción, mezcla y masterización. También estudio la industria y la forma de llevar toda la música de manera correcta a todo el mundo, de forma que se puedan obtener todos los beneficios y regalías. Mi otra misión es llevar todo lo que he aprendido a la mayor cantidad de personas posible, por eso te invito a que visites mi sección de cursos.
Sígueme en esta aventura y descubre toda la música que tengo para ti…